El desmantelamiento de la base militar de Manta llevó al país a la decadencia en seguridad y al avance del narcotráfico en Ecuador
Se acerca la segunda vuelta electoral en Ecuador y con ello el dilema de quién será el presidente que logrará controlar de alguna manera la violencia y el narcotráfico; dos grandes hombres que se desataron especialmente con la gestión del ex presidente Rafael Correa.
La reciente masacre de presos y el aumento del crimen trasnacional, hicieron recordar cómo es que el país llegó a la decadencia en materia de seguridad.
Fue en 2008 cuando el expresidente Correa le pidió a Estados Unidos desalojar la base militar de Manta; en agosto del 2009 finalizaba el acuerdo de cooperación entre ambos países, y en noviembre del mismo año ya estaba totalmente desocupada.
Desde 2008 la violencia en el país se disparó, los grupos delictivos y las pugnas por el control del tráfico de drogas en territorio nacional, ha llegado a generar pánico e incluso graves crisis como la que se suscitó el pasado 24 de febrero con los amotinamientos que se produjeron en centros de rehabilitación social de cuatro provincias del país, y que cobraron la vida de 79 personas privadas de la libertad.
“No es casual que suceda después de las decenas de laboratorios de cocaína que desmontamos en Manabí, ni en respuesta a la incautación de 128 toneladas de droga en 2020”, dijo el presidente Lenín Moreno, quien relacionó el aumento del narcotráfico en Ecuador con la expulsión de militares estadounidenses de Manta.
En el video publicado por su equipo de comunicación en las redes sociales, Moreno apuntó que los amotinamientos coinciden con las denuncias por supuesto financiamientos del Ejército de Liberación Nacional (ELN) al candidato presidencial Andrés Arauz.
Y es que en unas declaraciones del pasado 7 de febrero, el ex presidente Correa dijo que «el próximo Gobierno no va a recibir un país, sino que va a recibir ruinas»; y todo indica que el líder socialista tiene razón, pues aún hay ruinas sociales que dejaron su gestión.
El tema de la violencia y el narcotráfico se incrementó justamente con su Gobierno. Con el pasar de los años se descubrió que como en Venezuela, el tráfico de armas y de narcóticos penetró a las Fuerzas Armadas del país bajo la vehemencia de su Gobierno.
¿Es casualidad que solo con la salida de Correa se haya dado a conocer la verdadera cara del crimen y cómo se daban los delitos bajo las sombras?
El ex presidente lideró el país desde el 5 de enero de 2007 hasta el 24 de mayo de 2017. Fue una década de inacción contra el crimen que hoy sigue viendo graves consecuencias.
En 2018 en la misma base de Manta, de donde salieron los soldados americanos, se descubrió un cargamento de una tonelada de droga. Ese mismo año durante el juicio al Chapo Guzmán, en una Corte de Nueva York, se muestra que un oficial militar ecuatoriano estuvo a su servicio para transportar droga de las FARC.
De acuerdo con Fernando Carrión, académico que durante años ha estudiado el fenómeno del narcotráfico, ubica al país en la Red Global del Crimen. Y da cifras aterradoras: 500 toneladas de droga atraviesan por Ecuador y 18% se queda para consumo local.
Las autoridades han admitido que el narco opera desde las cárceles, han reconocido también la presencia de los carteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación. Admiten del mismo modo que los presos manejan armas de fuego y lideran los crímenes desde las cárceles. Se trata de cientos de bandas delictivas que no se originaron en cuatro años, son grupos criminales que operan desde hace más de una década y han logrado crear un imperio criminal en el país.
La guerrilla en Ecuador
Hay que recordar que Rafael Correa expulsó a los soldados americanos de la Base de Manta tras conocerse que Estados Unidos utilizó para atacar un campamento de las FARC.
Hasta los momentos se desconoce por qué al expresidente le molestó tanto lo sucedido, sobre todo si se trata de un grupo armado que ha sido calificado por Estados Unidos como grupo terrorista.
La guerrilla colombiana que ha tocado suelo ecuatoriano y tras la salida de los estadounidenses de Manta, sigue sembrando el miedo en Ecuador.
Lo mismo sucede con el ELN que no solo tiene presencia armada en el país, sino que además según autoridades colombianas habría financiado presuntamente la candidatura del candidato correísta Andrés Arauz.